La llorona
Leyenda
En los primeros años del siglo XVII existió en la ciudad de Durango una hermosa mujer de nombre doña Susana de Leyva y Borja cuya extraordinaria belleza tenía deslumbrados a todos los jóvenes de la ciudad que la cortejaban insistentemente y deseaban correspondencia a su amor.
La dama, que pisaba los veinte abriles, era consciente de su singular hermosura y con desdén poco usado descorazonaba a sus admiraodres.
Por esos años llegó a estos lugares proveniente de la capital de la Nueva España, don Gilberto Hernández y Rubio de Martínez y Nevárez, joven apuesto y elegante, de rancio abolento y noble linaje, caballero de la Orden de Santiago, quien cabalgando un corcel negro de pura sangre, se encontró con dona Susana Precisamente en la Plaza Mayor frente a la catedral, lo que ahora es la Plaza de Armas. Al contemplar el caballo, extendió su capa sobre el piso para que pisara sobre ella la mujer del relato.